Este excelente aglutinante, extraído de las semillas del lino, permite crear pastas muy agradables para trabajar, que se endurecen rápidamente en profundidad, y forman películas muy resistentes y de gran belleza. Claro, de baja acidez, a pesar de su tendencia a amarillear en la oscuridad, el aceite refinado ofrece lo mejor del aceite de linaza. Permite fluidificar los colores y realza el brillo. Disolvente: esencia mineral o trementina. Diluido de este modo, puede usarse como medio de pintura, con riesgo de retardar el secado del color y aportando también una cierta «pegajosidad» si se usa en dosis excesivas.
